DE ACUERDO con el Génesis, Elohin Dios planeó que el hombre creado a Su una imagen y semejanza, tuviera todas las cualidades de su Hacedor. A primera vista, el hombre creado en el principio parece el igual de Dios hombre o Dios hijo. Mayor penetración en el proceso creador revela que el hombre tiene trabajo que hacer en el desarrollo de sus innatas habilidades, “la imagen y “semejanza”. Siguiendo el párrafo “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza” leemos: “Y Que tengan dominio sobre los peces del mar y sobre los pájaros de los cielos; y sobre el ganado y sobre toda la tierra y sobre toda la cosa que se arrastre sobre la tierra. Y Dios dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y Sojuzgadla; y tened dominio sobre los peces del mar y sobre los pájaros… y sobre toda cosa viva ” (Génesis 1:26, 27, 28) En lenguaje moderno diríamos Que Dios es un hombre como si Mismo que cumpliera la ley de su ser cuando hubiera alcanzado el dominio sobre ciertas fuerzas en su campo de actividad. Estas fuerzas son descripciones simbólicamente como “pájaros”, “peces”, “ganado” “cosas que se arrastran” por medio de los cuales el hombre llena la tierra. La Biblia entera dice de la experiencia del hombre esforzándose por el dominio. Además de la Biblia, toda la historia del hombre es un registro de como la familia humana lucho para cumplir las ideas creadoras implantadas en ella desde el principio. Los “pájaros del cielo” son los altos ideales; las “bestias del campo” son de bajo orden; los “peces del mar” son sus impulsos generados o acumulados y las “cosas que se arrastran” representan los micro-organismos de la ciencia moderna que son declarados la causa de la mayoría de las enfermedades. Se ha asumido que el dominio del hombre seria ejercido por medio de la agresión, a través del dominio físico. Esta idea ha instigado al hombre en una guerra de emprender y regir con tiranía, todo lo cual sus pensamientos elevados le dicen que esta en violación directa de la ley divina. Nuestra mayor razón, sostenida por la experiencia, nos fuerza buscar otra fuente que no sea la física para una solución del problema de “dominio”. Como el gran ejemplo de uno que se volvió a un maestro por el medio del desarrollo espiritual señalamos a Jesús, quien se volvió al Maestro de los maestros. Jesús fue Dios manifestado en la carne. Hoy Jesucristo es el Maestro ideal realizado. El es la plena, perfecta expresión del superhombre. En El “vive toda la plenitud de la Divinidad “. Para Jesucristo Dios era un ser de infinito bondad que Él iba a realizar y expresar. Así hoy, a través de Jesucristo, Dios es un ser de infinita bondad que nosotros tenemos que comprender y expresar. Hoy en día el nombre de Jesucristo es llamado “Maravilloso, Consejero, Poderoso Dios, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Jesucristo es el Maestro, majestuoso y sin embargo sencillo. Su relación con el hombre hace Su ternura hacia la humanidad exquisitamente conmovedora. Cuando pensamos en la poderosa revolución que ha tenido lugar en la conciencia de la raza por el medio de Su enseñanza, nos damos cuenta al menos hasta cierto grado de lo que Él ha hecho por ella. “El que es lento para la cólera es mejor que el poderoso; Y aquél que rige Su espíritu, mejor que toma una ciudad”. Jesús rigió Su propio espíritu. Con Cristo, estamos aprendiendo un regir nuestros propios espíritus, lograr dominio sobre cada palabra, pensamiento; Sobre cada impulso del ser entero no solo en el plano del alma, sino en el plano físico también. Su presencia exactamente entre nosotros, nos enseña dominio; Nos inspira nuevas ideas, nos incita a seguir adelante, a tener éxito. En el mundo de los asuntos es un maestro es el que puede imponer la obediencia, pero el Maestro de los maestros no “impuso” nada. Por medio de Su habilidad espiritual, inspiro obediencia. Jesús logro dominio sobre el pecado, la enfermedad, la muerte. Alcanzo permanentemente un estado de conciencia donde la debilidad mortal no puede entrar. Emerson dice que la medida de un maestro es su habilidad para traer a todos los hombres a su opinión dentro de veinte años. Hoy más que nunca antes, dos mil años después de que Jesús cerró su ministerio aquí en la tierra, está trayendo a los hombres a aceptar Su opinión o mejor, Sus verdaddes como nunca antes. Pero Cristo es también un servidor. Los seguimos porque Él sirve mejor; porque tiene paciencia con nosotros mientras luchamos por vencer nuestros pecados- El lleva nuestros pecados con suavidad y paciencia. Cuando trabajamos en oración con El, nos guía a un alto estado de conciencia espiritual donde se incluye la omnipresencia de Dios y Sus leyes. Cuando un abogado pidió a Jesús que nombrara Un máximo mandamiento, El contesto rápido que la Ley y los Profetas podrían resumirse así: “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el gran y primer mandamiento. Y un segundo parecido a él, es este: Amaras a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y las profetas”. Esto es una prueba, un reto, para todos los que quieren desenvolverse espiritualmente. Esta actitud mental no pone a tono con la Mente Divina de modo que está preparando para recibir sus bendiciones. Cuando nuestros pensamientos se establecen en el amo, una sincronización divina tiene lugar. La Mente Divina tiene una velocidad fija de vibración, a la cual, a través del Cristo, se sincroniza la Mente del Hombre, del mismo modo que un aparato receptor de radio se sincroniza con la frecuencia de una estación emisora. Para hacer el contacto con la Mente Divina tenemos que traer la velocidad de la vibración de nuestra mente una sola norma porque es solo cuando nuestra mente esta vibrando en su más acelerada velocidad que Dios puede hacerse conocer de nosotros. La eficiencia del aparato receptor depende del número de los tubos y su ajuste en el campo electromagnético en el que funcionan sus kilociclos. Según esta misma ley el hombre debe tener sus doce grandes poderes desarrollados operando en perfecto tono con la Mente Divina, para hacer surgir al hombre imagen semejanza de Dios. En el silencio, cuando su mente se fija con firmeza en Dios, y está funcionando en la conciencia de amor infinito, las actividades de las células del cerebro del hombre sincronizan con aquellas del cerebro mismo del Maestro. Aun el inteligente principio del centro del amor responde y así el hombre se vuelve un radiorreceptor espiritual con poder para recibir radiaciones de la Mente Divina así como para trasmitirlas a través de todo el organismo. Hasta puede trasmitirlas cerca o lejos a través s de sus inmediaciones; habilidad solo limitada por el poder espiritual que haya desarrollado. La humanidad debe tener presente que está viajando en el camino del desarrollo espiritual y mantener su atención en el objetivo. Aquí mismo en medio de nosotros, tanto en el reino mental como en el mundo manifestado, se desarrollará un poderoso neutralizador; Un poder que hará todos los poderes destructivos nulos, que disolverá la enfermedad y resucitara una conciencia de paz, salud y abundancia. Charles Fillmore – Cora Fillmore. Del libro “Enséñanos a orar”
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